¿Por qué se cerró la Línea A?
El Jefe de Gobierno Mauricio Macri cerró la Línea A sin dar sustento técnico y sin informar sobre las obras que se realizarán durante la suspensión del servicio que ya perjudica a 140 mil usuarios.
Los 45 vagos nuevos con aire acondicionado, comprados por decisión de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el marco del Plan de Modernización de la Línea A, podrían haberse probado cerrando el tramo Plaza Miserere - Carabobo o suspendiendo el servicio los fines de semana, para que los porteños puedan viajar los días laborales.
Como si fuera poco, los funcionarios del PRO tampoco han presentado un plan de conservación para los coches que pasarán a retiro y hasta han manifestado que planean "hacer un asado con los vagones", evidenciando su desprecio por el patrimonio histórico.
Mientras tanto, el tránsito de la Ciudad ha sido seriamente perjudicado por el aumento de pasajeros de colectivos y de las líneas B, D y E.
El objetivo es claro: Macri busca dar un golpe de efecto, simulando una refundación de la Línea A, negando que en realidad fue el Gobierno Nacional el que inició todas las obras de modernización del subte; los vagones nuevos, la renovación de los 17km de vías de la línea A, la instalación del sistema electrónico de señalización ATP (uno de los más modernos del mundo) y de los ascensores y escaleras mecánicas, así como la recuperación de la estética y puesta en valor de las estaciones. Para ello, el subte no se cerró un solo día.
MIENTRAS EL PAÍS CRECE, LA CIUDAD SE ACHICA.
¿El Subte debe aumentar 218% en un año?
El reciente anuncio de aumento en el boleto del subte a $3,50 vuelve a evidenciar el concepto elitista que tiene el macrismo sobre los servicios públicos. Ya el 3 de enero de 2012, cuando comenzó el traspaso del que luego se arrepintió, el PRO realizó un primer incremento del 127% que dio como resultado una merma de 300.000 pasajeros diarios en la utilización de la red. Como si no bastara, se suma el aumento en los impuestos a los sellos, patentes, peajes y ABL, que todos los porteños pagamos para que se desarrolle este servicio.
Esta realidad contrasta con el modelo propuesto por el Gobierno Nacional, en el que viajar en ferrocarril o colectivo cuesta en promedio $1,60.
El transporte no debe ser un privilegio de unos pocos sino un derecho de todos. Sin embargo, pese a que Macri asumió bajo la promesa de construir al menos 10 kilómetros por año, en 5 años de gestión sólo realizó 400 metros, llegando a ser el promedio más bajo desde que nuestra Ciudad es autónoma. Tal es la ignoracia de la gestión del PRO, que llegaron a proponer un aumento mayor en las horas pico, lo cual escapa a toda lógica al perjudicar a quienes más precisan del servicio, los trabajadores y estudiantes. Esto reduciría aún más la cantidad de pasajeros, saturando los medios terrestres.
No queremos un subte para pocos. Queremos un subte para todos: accesible a la mayoría de la población, moderno, rápido y confortable. Por eso, desde Unidos y Organizados proponemos que la tarifa sea fijada mediante un serio estudio y auditoria interna, convocándose a una audiencia pública como plantea la ley de traspaso votada en al legislatura, con el objetivo de que todos los porteños debatamos qué tipo de tarifa corresponde para nuestro subte.
* Unidos y Organizados
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